Lo que nos guía:




El DON DE LA FRATERNIDAD
El poder servicio, el poder del cambio

" En una ocasión los hermanos preguntaban a Francisco como tenía que ser el hermano perfecto. Le pedían que, si había alguno, se los enseñase para que pudieran imitarle.
Francisco les dijo: el hemano perfecto debería tener la fe y el amor a la pobreza del hermano Bernardo, la sencillez y la pureza del hermano León, la cortesía y la benignidad del hermano Ángel, la conversación del hermano Maseo, la contemplación del hermano Gil, la continua oración del hermano Rufino, la paciencia del hermano Junípero, la fortaleza del hermano Juan, la caridad del hermano Rogelio, la solicitud del hermano Lúcido."
Para Francisco no había un hermano perfecto. Él sabía lo mejor de cada uno y creía que " el hemano perfecto" lo componían entre todos, por cada uno es único y a la vez es parte de la unidad de lo fraterno.








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